Bauza y la Copa Libertadores 2014
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Rescatamos unos párrafos del libro El método Bauza, de Ariel Ruya, donde el técnico campeón recuerda la final de la Libertadores 2014.
“No podía creer lo que estaba viendo. Lo mal que estábamos jugando, parecía otro equipo. No lo podía creer. Lo hablaba con el Camello Di Leo: ‘Tienen un cagazo bárbaro, pero no tienen miedo, porque estos jugadores no tienen miedo, es al revés, es el miedo escénico, que es otro miedo’. Es el miedo a arriesgar, el miedo a tomar decisiones, resoluciones. El miedo a elegir. El fútbol es una toma de decisiones permanente. Si voy para acá o para allá, si engancho o me freno. No lo podía creer. Siempre me acuerdo de Gentiletti, que me decía: ‘Patón, no sé lo que me pasa, quiero dar un pase a dos metros y me sale mal’. Por suerte llegó el penal. Y termina ese primer tiempo”.
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“Después, en el entretiempo, pasé diez minutos preguntándoles qué es lo que les pasaba. Les hice un recordatorio de todo lo que les había costado llegar hasta acá, de las frustraciones, de las angustias, de las privaciones. De lo grandes que eran. ‘No pueden equivocarse un pase a cinco metros, es un partido de fútbol, muchachos. ¿Qué estamos haciendo, carajo?’. Vi un cambio de semblante en esos dos minutos que faltaban para volver a la cancha. Y en el segundo tiempo lo demostraron; sin llegar a un gran nivel, había vuelto la autoridad. Había aparecido el equipo. Con autoridad, con la tenencia de la pelota. Ahora lo puedo decir: si nos agarra un equipo con otra jerarquía, nos habrían convertido dos goles. Fue terrible esa noche”.
“Me quería matar, no podía verlos jugar así, no lo podía creer, no lo podía creer. Se dio la lógica. Lo vivimos con mucha intensidad, con alegría. Lo que viví con Liga fue una emoción pura y lo que disfruté con San Lorenzo fue una alegría inmensa”.
“No entiendo este deporte si uno no sueña con salir campeón. Aunque a veces no se pueda, aunque no dirijas un equipo con grandes posibilidades… Cuando llegué a este club, la presión por ganar la copa era muy grande. La famosa palabra ‘obsesión’. Lo primero que les dije a los jugadores es que para ganar algo hay que soñarlo. Soñé con ganar la Libertadores, aunque fue un camino durísimo. Empezamos a las trompadas y llegamos a un pico de rendimiento. Sin embargo, no pude disfrutarla,… qué se yo. ¡Soy así! Fue un momento único, no hay nada arriba”.
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“Muchos me siguen preguntando por qué me fui del Ciclón. Energía me sobraba, pero la experiencia me dice que llega un punto en que los planteles necesitan cambiar la metodología para volver a motivarse. Necesitan otra forma de trabajar y un discurso diferente, una renovación. Mi experiencia e intuición me ha hecho darme cuenta de eso y por el cariño que tengo con los jugadores y con el club, he decidido lo mejor para todos”.
Extracto del libro El método Bauza. El equilibro y otras claves del éxito de Ariel Ruya y Edgardo Bauza.
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